Ana María Aldón lo ha vuelto a hacer. Y es que, durante su última entrevista, la colaboradora de televisión ha hecho una inesperada confesión sobre su exmarido, Ortega Cano.
Este martes 7 de febrero, la revista ¡Hola! ha publicado la tercera parte de su esperada charla con la exsuperviviente. En ella, la protagonista se ha centrado en el momento más complicado que vivió junto al torero.
"Cuando yo aparecí en su camino y me quedé embarazada, creo que fue una luz y una bomba de oxígeno para todo el proceso que le quedaba por delante", ha asegurado Ana María Aldón, introduciendo así el gran tema tabú de los Ortega: la entrada a prisión del torero.
Y es que la tertuliana está convencida que llegó a la vida de su marido porque "alguien le quería ayudar a él, no a mí". "¿A mí por qué? Yo era feliz, tenía una vida superordenada y no tenía problemas. Si había alguien que tuviera problemas y necesitaba ser socorrido, era él".
Por eso, Ana María Aldón no ha tenido ningún problema en compartir todos y cada uno de los detalles sobre esta dolorosa etapa de su vida: "A mí no se me apareció Dios, a Ortega se le apareció la virgen".
Además, no se lo ha pensado dos veces a la hora de hacer una confesión, hasta ahora desconocida, de Ortega Cano.
Ana María Aldón ha decidido no callarse más
Ana María Aldón ha hablado en esta nueva entrega de toda la presión que tuvo que soportar durante la entrada y la estancia de Ortega Cano en prisión: "Sin duda, fue uno de los peores momentos de mi vida".
Tal y como ella misma ha relatado, desde aquel momento, su vida cambió radicalmente. Y es que no solo tuvo que dejar toda su vida en Sanlúcar, sino que, además, se tuvo que ir a vivir a Zaragoza "con un niño de un año y una hija adolescente".
"El cambio que da mi vida es muy drástico, pero no siempre el cambio es a positivo", ha confesado Ana María Aldón, antes de asegurar que jamás pensó que, después del juicio, "dictaran prisión".
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Aunque, sin duda, lo que más le ha dolido a la colaboradora durante todos estos años ha sido lo poco valorada que se sintió en aquel momento, sentimiento que a día de hoy no ha desaparecido:
"Cuando le conocí, no sabíamos lo que venía. Pero vino y ahí estaba yo con mi hijo y creo que eso tenía que haber sido un poco más valorado. No para él, en general para todo el mundo. La gente no ha sabido valorar eso… Pues sí, eso ocurrió, yo estuve y eso no lo puede cambiar nadie".
Toda esta nueva situación y la presión mediática añadida hicieron estragos en la salud mental de Ana María Aldón. "Tenía que llevar una vida muy metódica para que no le perjudicara a él", ha explicado durante este entrevista.
"Llega un momento en el que la cabeza no me responde y no me puedo levantar de la cama. Es que ya no eran mareos, era que me caía al suelo… Era que me faltaba vida y no tenía fuerza para levantarme porque me desvanecía".
Según cuenta Ana María Aldón, uno de los peores días, llegó el doctor a su casa, le toma la tensión y se da cuenta de que tiene "las pulsaciones en 43".
"Yo trataba de explicarle qué era lo que me ocurría y era que, a la hora de conducir, por ejemplo, las luces por la noche se me cruzaban y la cabeza se me quedaba fija", ha apuntado la entrevistada, antes de asegurar que "no me podía permitir conducir, especialmente por la noche".
Por toda esta situación, hubo un momento en el que el estado mental de Ana María Aldón colapsó y "cayó en una depresión". Pero, y por si todo esto fuera poco, a este estado se le unió la "falta de motivación".
Además, Ana María Aldón ha confesado que "tuve que empezar a tomar antidepresivos y así estuve seis años". Aunque también ha asegurado que, en esos momentos, lo que le mantenía en pie era su hijo y su marido: "Mi hijo me necesitaba y me tenía, pero él me necesitaba y no me tenía".